07 marzo, 2012

SÍNTOMAS DE CORDURA: Putin y su corona de espinas


Al igual que el fútbol, la política también desata pasiones. Los resultados preliminares de los comicios rusos, celebrados el último domingo, brindaron un panorama alucinógeno a los compatriotas de Tolstoi. Pocos conseguían explicar las cifras que a boca de urna pregonaban los medios. De nada valía restregarse los ojos, Vladimir Putin reunía el 64% de los votos emitidos, contra un pírrico 17% de su más cercano antagonista, Ziugánov. En el tiempo que toma digitar "auxilio", la noticia sobrevoló el mundo, y Putin se plantó ante las cámaras para difundir su euforia y romper en llanto.

Desde que la democracia se ajustó las correas, y los ciudadanos acogieron el hábito de las urnas, las elecciones fijaron dos posibles destinos a toda jornada de sufragio: alegría y desdicha. Sin que estas se excluyan mutuamente. Mientras que una fracción de los rusos inundan las calles para protestar contra lo que ellos tildan "fraude electoral", otros se agolpan en la Plaza moscovita del Manezh para vitorear junto a Putin este histórico triunfo.

Recordemos que Vladimir Putin, natural de Leningrado y con 60 años a cuestas, había presidido el Kremlin (gobierno ruso) durante el período 2000-2008. En adelante, fue designado Primer Ministro (jefe de gobierno) por el entonces presidente Dmitri Medvédev, ahora voceado como futuro Primer Ministro para la era Putin.

La técnica del "Carrusel", según Serguéi Mitrojin, líder del partido liberal Yábloko, se habría ejecutado durante las elecciones del domingo. Este método de fraude consiste en pasear por distintos colegios electores a un considerable número de votantes para que sufraguen repetidamente en favor del partido gobernante. En este caso, el partido de Putin.
El hallazgo de estas cédulas falsificadas desmantelaría en el acto cualquier gobierno cimentado en engaños.

No solo se ponen en duda los resultados de las elecciones presidenciales, sino también de las parlamentarias. Serguéi Udaltsov, líder del Frente de Izquierdas, anunció que la oposición no parlamentaria se negará a reconocer los resultados. Además, exigirán que se repitan las elecciones, tanto presidenciales como parlamentarias.
El escándalo electoral cobra niveles inesperados.

El día de ayer la voz de 20,000 personas se hizo sentir en la Plaza de Pushkin. Una manifestación de esa naturaleza y con ese propósito nubla de inmediato cualquier intento de penitencia, tal es así que la policía anti disturbios participó en la dispersión de los protestantes, y sofocó eficazmente la cacería de justicia.

Fiel a su costumbre, el gobierno de los Estados Unidos asomó la cabeza tímidamente y solicitó que se lleve a cabo una investigación ardua, para esclarecer las irregularidad que se habrían producido durante los comicios.

Sin más, veamos la primera declaración que ofreció Vladimir Putin al enterarse de su victoria: http://www.youtube.com/watch?v=MbqJg88UEBo

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