Por supuesto, es un trabajo hercúleo, pues supone desenterrar las raíces mismas de la inspiración. Y por inspiración, no aludo a esa fuerza espiritual que nos alumbra con ideas insólitas toda vez que deseamos escribir, sino a la fuente misma de la ficción relatada. ¿Cuál es la simiente de la historia?
El Portador transita el sendero de la re-edición. Y tomando en cuenta que escribí la novela hace unos cinco años atrás, es permisible sospechar que hay mucho disparate por corregir. Desde luego, la obra que ya fue publicada (la que hemos leído), no es un concierto de errores y tampoco está mal compuesta. Sin embargo, debe ser remozada, pues hay tanto que se dejó de mencionar, y estoy seguro de que los lectores desfallecen por indagar en esos intersticios que deliberadamente hollé para que espiasen mejor la ficción.
El Portador renace. De momento el episodio inicial, Persuasión, está en fase de re-edición.
Pronto habrá más novedades. Y, también, más publicaciones.
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