28 diciembre, 2010

El portador aterrizó

Acaso no debió de ser más de un par de días; sin embargo, la espera valió la pena. Finalmente conseguí desatar el nudo de la ansiedad que abastaba mi pecho y me enrumbé en la más gloriosa cacería de novedades: pese a ser día de los inocentes, la misiva no era hazaña de una mente vil. Era el lenguaje que mis tres meses ansiaba interpretar.

El portador piso suelo. Y lo hizo en buena hora. Mordí el anzuelo del conformismo la semana de Navidad, pues a falta de novedades el único remedio era el sillón de la espera. No fue literalmente la mejor Navidad: algo me faltaba.
Ahora puedo considerarme completo.

Bienvenido, Dave Lang.
Bienvenido, Portador de fantasmas.

3 comentarios:

  1. Tengo curiosidad por saber si esto es un fragmento de tu obra o es una explicación que poco a poco nos irá acercando al mundo de las domines.

    ResponderEliminar
  2. Jorge.

    Aprecio mucho tu participación en este resurgimiento de la bitácora del Portador.
    Esta nota la escribí hace poco más de un año para festejar la publicación del primer libro de la Saga. La llamada de la Editorial llegó en Día de los Inocentes, y a mí me costó creer que la noticia era inofensiva. Sin embargo, resultó legítima.

    ResponderEliminar